"Cuidaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con piel de oveja, pero por dentro son lobos voraces. Y muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos” (Mt 7, 15 y 24).
Estimada sor Lucía Caram,
Estimada sor Lucía Caram,
Le envío un saludo a
través de la virtualidad de nuestro mundo actual. Usted no me conoce pero yo sí
que la conozco bien. Discúlpeme si la juzgo por sus palabras pero como dicen en
Derecho, a confesión de partes, relevo de pruebas.
Muchas mañanas he
visto las tertulias en las que participa desde el monasterio donde reside y el
mensaje que he percibido como joven español me ha desesperanzado, lejos de su
posible intención de sembrar sueños a una juventud ávida de buenos trabajos,
posibilidad de progresar a través del estudio y de verdadera libertad para
desarrollarse como ser humano.
El diagnóstico que
usted tiene de la España de hoy es alarmante. Nos indica que las reglas
imperantes del capital nos asfixian, los casos de corrupción del partido de
Gobierno causa claras desigualdades entre la población, los desahucios son una
clara injusticia contra los más pobres y los recortes en materia sanitaria nos
afectan severamente.
Pero ¿cuál es su
propuesta? ¿Romper el bipartidismo y tomar el rumbo que ha tomado su país natal
Argentina? ¿Encaminar a España a emular al chavismo venezolano?
Al sur de Suramérica una
persona que usted conoce bien gasta un millón de dólares de los argentinos cada
año para bañarse joyas de diseñador. Cristina usa un discurso falaz, populista,
al refugiarse en la izquierda y en la figura de Eva Perón para robar a más no
poder sin tener el más mínimo
remordimiento por los más desposeídos. La señora Fernández ha seguido los pasos
de Hugo Chávez sumergiendo aun más en la pobreza a millones de ciudadanos que
miran con impotencia como el salario no les alcanza para comprar alimentos por
una inflación alarmante.
¿Nos pide seguir la
senda de la Venezuela de los últimos 16 años donde la familia se ha fracturado
entre chavistas y opositores? ¿Dónde el Estado ha tratado de ocupar el lugar de
Dios al controlar cada aspecto de los habitantes de un ex país en otrora
próspero y en claras vías de desarrollo?
¿Con qué cara nos
pide a los españoles caminar hacia un despeñadero en el que se encuentra el
país más al norte de América Latina? Una nación que cuenta con la inflación más
alta del mundo (haciendo a los pobres más pobres cada día), que tiene una de
las tasas de homicidios más altas del planeta (a los que más afecta son a los
jóvenes de las zonas más desposeídas) y cuyo régimen ha impulsado
deliberadamente la violencia, la idolatría, la ignorancia y la brujería.
Cada día son más
evidentes los nexos que existen entre Juan Carlos Monedero y Pablo Iglesias con
el régimen bolivariano totalitario. Un par de individuos que se han lucrado con
dinero sucio, de recursos que han sido sustraídos de los bolsillos de los más
pobres. Así que le exijo que no los apoye más en público. También le pido en
nombre de Dios que se dedique por favor a predicar el Evangelio, que si bien es
cierto que no soy el mejor cristiano, considero que debe hacer valer los votos
a los que se acogió hace ya algunos años. En caso de que no quiera hacer
ninguna de las dos cosas que he solicitado a través de esta carta abierta, le
pido de todo corazón que al menos que no siga dejando la Iglesia por el suelo,
ya que de alguna manera usted representa a todos los católicos a través de ese
hábito con el que se ve todas las mañanas en tv, y mida sus palabras que traen
desesperanza y atraen la llegada del caos a tierras españolas.
Si quiere seguir en
política, quítese el hábito y vista un jersey violeta con su respectiva coleta pero
no siga haciéndole daño a la Iglesia.